martes, 12 de febrero de 2013

Madan Senki Ryukendo: Gente de Akebono City (1 de 2)



Komachi Kurihara. El espectro de una mujer que solo aquellos con verdadera pasión por la justicia pueden ver. Como Narukami. Esto, por supuesto, no ayuda a la reputación del héroe. Mucho más adelante en la serie se descubre que en vida fue nada más y nada menos que la primera jefa de policía de Akebono City. Cuando los muertos de la ciudad son revividos, retrasa el ayudar al héroe por simple añoranza de estar viva.

Es alguien que se preocupa por la ciudad… y por la policía que ella misma dirigió una vez. Uno de los capítulos se centra en como ayuda al actual jefe a recuperar la fe en su trabajo y en ayudar a los habitantes de la ciudad. Se la coge cariño, esa es la verdad.


Jefe de policía y sus dos ayudantes. Risibles por puro pelotilleros con sus superiores. Y por miedosos. Sus apariciones siempre auguran sobresaltos y manos en la cara al pensamiento de “¿Cómo es posible que el trabajo de la policía no sea un caos con estos tres al mando?” No es que sean incompetentes.  Como se descubre en el caso concreto del jefe gracias a Komachi-san, son, simplemente, tres hombres que hace tiempo perdieron la ilusión por su trabajo.

Lo cual no evita que a veces uno quiera estrangularles por sus reacciones, claro.  Porque lo ocurrido con el caso del maletín del atraco o cuando confundieron a un cantante de heavy metal con un Jamanga…


 Kaori Nose una florista que Narukami conoce nada más llegar a la ciudad. Narukami sufrió un ataque de celos cuando Koichi se acercó a ella. A pesar de que solo quería comprar flores para atraer a una Bestia Demoníaca. Logró el liderazgo del grupo vigilante de la ciudad al ganar el torneo de artes marciales que decidiría dicho liderazgo. Todos y cada uno de sus contrincantes se retiraron del combate porque rechazaban atacarla y herirla.

Una colección de personajes que dan color y vida a Akebono City, hay unos cuantos más, pero por razones de espacio y para no cansar, hablare de los mismos en la siguiente entrega. No faltéis…

¡Nos leemos!

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